Chris Colfer es
conocido por su trabajo como actor, ganador de un Globo de Oro por su interpretación
de Kurt en Glee, pero este año en Tribeca, también esta estrenándose como
escritor. Su primera película, Struck By Lightning, se estreno el pasado fin de
semana, con la estrella de Harry Potter, Emma Watson, entre la audiencia (¡incluso
hizo una pregunta al finalizar la película!), también está trabajando en su
segunda película, una novela infantil, un piloto para Disney Channel, y
probablemente otros 10 proyectos más. Así que es lógico que su personaje en SBL
sea un estudiante de instituto que quiere llevar su pasión por escribir al
siguiente nivel, incluso si tiene que hacer chantaje para lograrlo. Colfer
habló con Vulture sobre su propia experiencia literaria durante el instituto,
su futuro en Glee y porque estará haciendo la audición para una película de
Adam Sandler pronto.
Al estar sentada detrás de este escritorio en esta
oficina, parece que te estoy haciendo una entrevista de trabajo.
¡Ve a por ello!
¡Dame un trabajo! (risas) ¡Contrátame algún día por favor!
Vale, convénceme. ¿Cuáles son tus puntos fuertes?
Puedo cantar y
bailar. Puedo sonreír, mucho. Puedo actuar… escribo de vez en cuando también. Y
soy bueno en mecanografía. Soy un mecanógrafo creativo, en realidad.
Como tu personaje en esta película, también fuiste
editor del periódico literario de tu instituto. Pero no tuviste que chantajear
a la gente para que contribuyeran, ¿no?
No (risas). No
chantajeé a nadie. Ahora mirando hacia atrás, ojala lo hubiera hecho así. ¡Más
chantaje! El hacer chantaje tiene que volver, lo echo de menos. (Risas). Dios,
fue horrible, conseguir a gente que contribuyera. Me uní al club de escritores
en mi primer año de instituto, y había gente guay de último año así que pensé, ¡Guau,
va a ser lo más! Y después se graduaron. Así que me hice presidente del club en
durante el segundo año y si, fue miserable. Nadie quería escribir a menos que
tuvieran que hacerlo. No veían que se podían beneficiar de las cualidades terapéuticas
que yo conocía y del escapismo que te podía proporcionar.
Si alguien intentara chantajearte a ti, ¿tendría algún
trapo sucio que encontrar?
¿Honestamente? ¿A
parte de algún baile horrible en clubs? Hay probablemente una foto mía, muy
sudado, meneando el trasero celebrando el cumpleaños de alguien o algo. Pero
soy como un libro abierto. A no ser que alguien encontrara mi diario de sueños,
metas y aspiraciones, eso sería algo que no me gustaría que el mundo viera. Pero
no tengo mucho material para chantajes.
O podrías estar diciendo eso para que nadie lo
intente.
¿Ves? Ves a través
de mi (risas) No, ojala tuviera secretos, pero realmente no tengo.
¿Por qué no hiciste que los estudiantes
pudieran contribuir al periódico a través de correo electrónico en la película?
Sabes, honestamente, no había pensado mucho sobre
eso, solo que la ciudad de Clover era más bien pobre y muchas personas no tendrían
ordenadores. También es mucho más entretenido, cuando estás viendo la película,
ver a los chicos meter trocitos de papel en una caja de cartón, antes que
verlos en frente a un ordenador con una cuenta de correo vacía. De esta manera
tampoco se confunde al publico de mayor edad: ‘¿Cuál es la diferencia entre un
tweet, un blog y un correo?’ ¡No lo entiendo! ¿Por qué es todo tan complicado?’
Y me encanta que el futbolista escriba su historia en una servilleta y que la
animadora escriba la de ella en su bonita libreta rosa.
Estas
escribiendo otra película que vas a rodar este verano.
Interpreto a un paciente de un psiquiátrico, que ha
tenido un pasado muy traumatizante y problemático, pero la película se centra
en el médico que lo ayuda. Es una historia muy creativa y cautivadora. Lo que fue
muy interesante al hacer toda la investigación médica de esa época, la década de
los 30, es que los consideraban simplemente locos. No los diagnosticaban a
todos de la misma manera, con un método o tratamiento. Estaba intentando buscar
los términos y procedimientos, pero no había ninguno. Estaban simplemente locos
y los cerraban o les daban tratamientos de agua o electroshock. Era una locura
lo que le hacían a esas pobres personas. La gente se suele encasillar siempre
en un mismo género, pero yo no quiero hacer eso.
¿Escribirías
un musical?
¡Oh, sí! Me encantaría. Absolutamente. Hice una
especie de musical en el instituto, una parodia de Sweeny Todd, llamado Shirley
Todd, y me lo pase genial haciéndolo. Escribí un guion de unas 200 páginas, y
mantuvimos las canciones pero cambiamos las letras un poco. Era una historia
completamente diferente, ambientada hoy en día en una Inglaterra punk-rock. Yo
interpretaba a Mr. Lovett, y cantaba todas las notas altas que Angela Lansbury tenía
en la obra. Hay veces que cojo el guión y me rio porque era tan vulgar y
gracioso. ¡Era bueno! Me encantaría llevarlo a Broadway, si Sondheim me dejara.
¡Todo ese trabajo en el instituto no puede perderse! (risas)
¿Y
qué pasa con Candy Land: El Musical?
¡Oh dios mío! ¿Donde oíste eso? ¡Sí! Cuando tenía 14
años estaba obsesionado con Candy Land, y quería hacerlo como un musical de
Broadway. Pensé que podría ser el próximo Wicked. El juego de Candy Land lo inventaron para
niños con la polio, así que la historia empezaría con un niño que la tuviera y
que mágicamente fuera transportado a Candy Land y allí pudiera disfrutar de todas
estas aventuras que normalmente no podría porque estaba atado a su cama de
hospital. Cuando me enteré de que Adam Sandler me había arrebatado los derechos
para la película estaba destrozado! Me hubiera encantado adaptarla. Ahora tendré
que hacer la audición. Incluso estoy dispuesto a hacer el vestuario.
En
los próximos episodios de Glee tu personaje tiene una audición que puede determinar
su vida después de Mckingley, al igual que si se quedará en la serie después de
la graduación o no.
No ha recibido el guion aun, así que estoy igual de
ansioso que todo el mundo. Pero no es mi decisión. Lo quiero tanto (a Kurt) que
me encantaría ver lo que le pasa y verlo crecer como persona y artista, ya sea
apareciendo de vez en cuando en algún episodio o regularmente como hasta ahora,
estaría contento con cualquiera de esas opciones. No quiero decir adiós. Así
que mientras que los escritores no le digan adiós a él, estoy bien.
Y
así termina tu entrevista de trabajo…
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